El presidente de Estados Unidos anunció que declarará la emergencia nacional para conseguir los fondos que el Congreso le rechazó para la construcción de esa barrera.
El presidente Donald Trump anunció este viernes que decretará la «emergencia nacional», un procedimiento excepcional que le permitirá pasar por alto al Congreso de Estados Unidos para desbloquear fondos y construir su prometido muro en la frontera con México, abriendo una feroz batalla legal con sus opositores demócratas.
Todo el mundo sabe que los muros funcionan», aseguró el mandatario estadounidense en rueda de prensa desde los jardines de la Casa Blanca, en la que evocó una «invasión» de inmigrantes en situación ilegal, así como el ingreso constante drogas y delincuentes.
El procedimiento teóricamente le permite saltarse al Congreso para desbloquear fondos -principalmente destinados a defensa- para construir el muro con el que pretende frenar la migración desde Centroamérica.
«Hoy voy a firmar una emergencia nacional (…) porque estamos hablando de una invasión de nuestro país con drogas, con tráfico de personas», dijo Trump en una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
«Tenemos la oportunidad de acercarnos a 8.000 millones de dólares, y con eso vamos a construir mucho muro», prometió.
Trump reconoció que ahora espera que se interpongan medidas judiciales contra su declaración. «Anticipo que me demandarán, aunque no deberían demandarme», afirmó el mandatario, y agregó que el litigio acabará seguramente en el Tribunal Supremo, como ocurrió con la pugna judicial sobre su veto migratorio contra los ciudadanos de varios países de mayoría musulmana.
«Lo que pasará, tristemente, es que nos demandarán, tristemente habrá un proceso (judicial), y felizmente, ganaremos», subrayó.
Casi de inmediato, la fiscal general de Nueva York, Letitia James, dijo que la decisión generará «una crisis constitucional» y que por ello la recurrirá.
Esto se convierte en el punto de partida de amargas luchas políticas y judiciales, ya que la voluntad del presidente de colocar este «magnífico muro» por sobre todo lo demás, incluida la separación de poderes, según sus adversarios, está generando duras críticas.
Los líderes demócratas en el Congreso Nancy Pelosi -presidenta de la Cámara de Representantes- y Chuck Schumer -líder del partido en el Senado- enseguida reaccionaron contra el anuncio de Trump.
«La declaración ilegal del presidente sobre una crisis que no existe violenta gravemente nuestra Constitución y hace a Estados Unidos un país menos seguro, al robar fondos urgentemente necesarios de Defensa destinados a la seguridad de nuestros militares y nuestra nación», dijeron en un comunicado conjunto.
En filas demócratas se considera que se incurre en un grave abuso de poder y ven en esta decisión una maniobra política baja de un presidente debilitado por la pérdida de la Cámara de Representantes en noviembre y su retiro a fines de enero del enfrentamiento en el cual se había enzarzado con el Congreso por el tema de la inmigración.
Sin embargo, la Casa Blanca afirma que esta iniciativa es la marca de un hombre que no olvida sus promesas una vez en el poder. Trump, quien ahora tiene los ojos fijos en la elección presidencial de 2020, espera que esto le permita, una vez más, impulsar su base electoral.
Pero incluso, en el campo republicano, la iniciativa no ha recibido apoyo unánime: «Declarar la emergencia nacional en este caso sería un error», había advertido la senadora republicana Susan Collins.
Trump hizo el anuncio antes de volar por la tarde para pasar el fin de semana en su lujoso club de Mar-a-Lago, en Florida (sureste).
Su decisión va acompañada de la firma de un compromiso presupuestario alcanzado en el Congreso, que marca el final de largas negociaciones entre demócratas y republicanospara financiar los servicios públicos federales y evitar un nuevo cierre parcial del gobierno federal. Los fondos para el muro estuvieron siempre en el centro de la negociación.
«Qué vergüenza para cualquier miembro del Congreso que no se oponga clara y vigorosamente a esta invocación ilegítima» de una emergencia nacional, dijo la poderosa Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU).
Varios presidentes de Estados Unidos han utilizado este procedimiento en el pasado, pero en circunstancias muy diferentes y mucho menos controvertidas.
Jimmy Carter invocó la urgencia luego de la toma de rehenes en la embajada de Estados Unidos en Teherán, Irán, en 1979. Luego George W. Bush lo hizo tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 y años más tarde Barack Obama recurrió a ella durante el Epidemia de gripe H1N1.
Peter Schuck, profesor emérito de derecho en la prestigiosa Universidad de Yale, dijo que «el hecho de que el presidente pueda tener el poder de desperdiciar miles de millones de dólares en una promesa de campaña tonta es, en sí mismo, indignante».
En una columna del diario The New York Times, Schuck opinó que el Congreso debería definir más rigurosamente las condiciones bajo las cuales el presidente puede usar la Ley Nacional de Emergencias, aprobada en 1976.
«A largo plazo, este tema es más crucial para la vitalidad de nuestra democracia que si el presidente Trump finalmente consigue su muro», dijo.
Antes de volar a Florida, se espera que el presidente estadounidense firme la ley de financiamiento aprobada el jueves por una gran mayoría en el Senado, controlado por los republicanos, y la Cámara de Representantes, bajo dominio de los demócratas.